top of page
 
Amante de los malabares, fue el que se interesó por primera vez en los monociclos. Comenzó con uno de iniciación, al que pronto abandonó, en primer lugar por una lesión de rodilla, y en segundo porque las funciones de la rueda se quedaban limitadas. 
Ahora dueño de tres monociclos y de una mentalidad soñadora que hace que cualquier objetivo se quede rápidamente obsoleto.

SANCHO

 
Resultado de un no parar de oir "monociclo" por un lado, "monociclo" por el otro. Dueño y verdugo de aquel monociclo al que Sancho se le quedó pequeño. 
Amante de la competición y siempre con una visión deportiva de la rueda.

IVÁN

NOSOTROS

bottom of page